
Thrashin’: Patinar o morir (1986)
El origen de los monopatines, skateboards o simplemente skates la encontramos en los años 40, cuando los chiquillos se construían unos patinetes rudimentarios aprovechando las ruedas de los patines, montándoles en una tabla de madera y clavando un bastón que les hiciera de mango.
En los años 50 y 60, los surfers de California se fijaron en aquellos objetos, eliminaron los manillares y los convirtieron en los sustitutos de las tablas de surf los días que no había olas. Así nacieron los monopatines.
En los años 70 y 80, la pasión por el skating hizo uno boom, generó su propia industria y acabó estrechamente asociada a la cultura pop. Después de una época, en los años 90, en qué el skate se relacionó con la contracultura con lemas como “Skateboarding is not a crime”, con el cambio de siglo las grandes marcas pusieron los ojos y el monopatín volvió a ser mainstream. Hasta ahora, que es un movimiento completamente transversal y universal, y que practican desde niños pequeños hasta gente muy mayor
Trashin es una película de culto de los ochenta, segundo papel de Josh Brolin tras “Los Goonies y responsable de poner de moda el skate y revolucionar a las juventudes del momento: ¿cómo no caer rendido ante este estallido de juventud y adrenalina?
Josh Brolin es Corey Webster, un chaval que aprovecha el verano para acercarse hasta la gran urbe de Los Ángeles para labrarse una carrera como patinador profesional. Allí conocerá a Chrissy, la hermana de otro skater, jefe de una banda rival, los temibles Daggers.



te entiendo perfectamente en mi etapa Gay ponía que pollas y no me gusta señalar pero corriendo salía Rotor y Bonox a comentar y algún sarasa más . No me los quiero imaginar en un quedada la de pollas que se comerían, pero es un suponer. El quE borra sí que es maricón..........