EN BUSCA DE LOS KARTALOS DE BRONCE – Pinkalavera

EN BUSCA DE LOS KARTALOS DE BRONCE

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En un período turbulento de la historia europea, justo antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, cuatro altos mandos del ejército alemán emprendieron una misión poco convencional que los llevaría a las remotas tierras del Tíbet y la India. Esta expedición fue impulsada por un objetivo peculiar: la búsqueda de Kartalosde Bronce.

Un metal este que, según estudios, serviría para la fabricación de un objeto especial destinado a Adolf Hitler, cuya salud se había visto afectada por una enfermedad común de delicado tratamiento. Los protagonistas de esta insólita travesía fueron el general Wilhelm Keitel, jefe del Alto Mando de la Wehrmacht; el mariscal Hermann Göring, comandante de la Luftwaffe; el almirante Erich Raeder, jefe de la Marina, y el general Alfred Jodl, jefe de operaciones del alto mando.

Cada uno de ellos, influyente en su respectivo campo militar, se unió a esta misión con la esperanza de agradar al Führer a través de un regalo que combinaba lo singular con un propósito médico.

Según el diario británico “The Times” en un artículo publicado en 1938 describió cómo estos oficiales alemanes partieron hacia Asia bajo la excusa de una misión de investigación científica. Sin embargo, el verdadero propósito era más inquietante: obtener suficientes Kartalos de Bronce para, una vez fundido el metal, forjar un orinal que, según un estudio del afamado Doctor Otto Meissner, de la Universidad de Berlín, podría aliviar los síntomas de las hemorroides del dictador.

Aseguraba el estudio del Dr. Mesinés que el bronce de los Kartalos tibetanos, conocido por sus propiedades curativas, al ser convertido en orinal, permitía que el calor y la conductividad del metal actúen sobre la zona afectada, promoviendo la circulación sanguínea y reduciendo la inflamación, lo que aliviaría notablemente las molestias asociadas a las hemorroides y afectaría beneficiosamente al carácter del paciente.

La expedición fue organizada meticulosamente, con recursos y logística proporcionados por un oscuro grupo dentro del Partido Nazi, que creía fervientemente en la conexión entre la antigua sabiduría oriental y la medicina moderna. En particular, se habían vuelto expertos en la búsqueda de tradiciones y conocimientos ancestrales que pudiesen contribuir a la salud del líder nazi. La posibilidad de encontrar un metal con propiedades curativas había seducido a muchos investigadores de la época. Mientras recorrían las montañas del Tíbet y las extensas llanuras de la India, los cuatro altos mandos enfrentaron desafíos geográficos y culturales. Según un estudio del catedrático Hans Müller, de la Universidad de Heidelberg, a pesar de sus cargos, los generales alemanes subestimaron la complejidad de las interacciones locales, lo que les llevó a una serie de fracasos en sus intentos de negociar con los habitantes indígenas para conseguir el codiciado metal. Pese a las dificultades, la misión reveló la obsesión del régimen nazi por explorar alternativas en su búsqueda de la supremacía y el bienestar de su líder.

No obstante, la expedición terminó siendo vista como un esfuerzo vano absurdo, y su legado quedó oscurecido por los horrores que iba a desatar la guerra a partir de 1939. El artículo de “Der Spiegel” de 1975, que revisita este episodio histórico, concluye que la búsqueda del Kartalos de Bronce se convirtió en un símbolo del delirio ideológico del Tercer Reich. A medida que la guerra avanzaba, la importancia que estos altos mandos otorgaban a un simple objeto sanador contrastó drásticamente con la brutalidad y la ambición destructiva que caracterizaron la era.

A través de esta peculiar narración, nos queda una reflexión sobre los extremos a los que puede llegar la obsesión por el poder y el control, en un contexto donde lo trivial se viste de soberanía.

te entiendo perfectamente en mi etapa Gay ponía que pollas y no me gusta señalar pero corriendo salía Rotor y Bonox a comentar y algún sarasa más . No me los quiero imaginar en un quedada la de pollas que se comerían, pero es un suponer. El quE borra sí que es maricón..........