Córdoba, la única ciudad del mundo con cuatro bienes nombrados Patrimonio de la Humanidad

Solo hay una ciudad que tenga cuatro Patrimonios de la Humanidad declarados por la UNESCO. No lo tienen ni en China ni en Italia, que son los dos únicos países que superan a España en cuanto a muestras de patrimonio. La ciudad es Córdoba.

La Mezquita – Catedral de Córdoba

Actualmente conocida como la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora, fue nombrada Patrimonio de la Humanidad en 1984 y las primeras piedras de su construcción datan del año 786. Considerado como el templo musulmán de mayor tamaño, solo por detrás de La Meca, hasta la construcción de la Mezquita Azul en 1588, fue durante siglos el centro del mundo en competición con Constantinopla (por aquél entonces, todavía cristiana). Se posicionaba así la capital del Imperio Bizantino, con su Catedral de Santa Sofía y su legado romano, nostálgico, resistiendo con dureza las embestidas del tiempo; frente a ella, en la otra punta del Mediterráneo, se levantaba la ciudad cambiante, Córdoba. La ciudad cambiante porque fue creada en el siglo II por los romanos, conquistada por los visigodos en el siglo V y arrebatada de sus manos en el VII por los musulmanes, hasta que Fernando III la hizo cristiana una vez más. La ciudad cambiante cuyo núcleo era esta Mezquita – Catedral, que fue a su vez construida sobre un antiquísimo templo cristiano.

El casco histórico de Córdoba

El segundo casco histórico más amplio de Europa y el mayor espacio urbano reconocido como Patrimonio de la Humanidad está en Córdoba. Sus edificios más conocidos son la Mezquita – Catedral ya citada y su Puente Romano. Este no es un puente cualquiera. Durante veinte siglos fue el único puente de acceso a la ciudad y podemos afirmar con total seguridad que todas las grandes figuras que habitaron en Córdoba pisaron sus piedras. Por su estructura maciza han caminado los pies de Séneca y de Abderramán III, reyes castellanos para llenar varios folios, poetas que forjaron nuestra literatura, desde Góngora hasta Lorca, cada gran figura que haya visitado Córdoba pisó esa misma piedra. Un momento al cruzar nosotros mismos el puente, deteniéndonos y saboreando nuestro pisar a la vez que extiende sus alas la imaginación, permite al visitante adentrarse en la ciudad a partir cualquier época que elija. Los edificios harán de escenario para este juego.

Fiesta de los Patios Cordobeses

El tercer nombre inscrito como Patrimonio de la Humanidad se desmarca del estilo habitual por tratarse de un bien inmaterial. Ya desde 1921, cada segunda y tercera semana de mayo se celebra en los patios de Córdoba una de las fiestas más hermosas y delicadas de España. Los vecinos de la ciudad decoran sus patios con decenas, en ocasiones cientos de macetas de flores que dibujan nuevas escenas en los muros de color blanco. Aunque la idea de esta fiesta trata de que es un concurso, resultando ganador el patio más bello, compadezco la decisión de los jueces cuando hasta cincuenta patios se presentan cada año cargados de esta belleza tan relajada.

Medina Azahara

La ciudad brillante que solo se mantuvo en pie durante 74 años, a siete kilómetros de Córdoba. Levantada por el califa Abderramán III tras sus aplastantes victorias sobre los reinos cristianos y sus revueltas internas, fue durante un puñado de años la ciudad más esplendorosa de Europa. Dicen los cronistas de la época que de sus fuentes manaba mercurio, creando graciosos efectos ópticos para quienes tenían la ocasión de observarlas, y los tejados brillaban por estar cubiertos de oro puro. Se trajo mármol blanco desde Portugal y los artesanos más afanados tallaron con una delicadeza asombrosa cada columna, mientras los poetas más virtuosos de Al-Ándalus eran invitados para recitar sus alabanzas al califa.
Era, en sus formas y sus habitantes y sus festejos, una ciudad de reyes. Tan solo la habitaban los miembros de la corte más cercanos al califa, nadie más, junto con un batallón de siervos y esclavos diseñados para cumplir hasta el último capricho de sus amos.
Luego vino la guerra y todo se desmoronó. Tras la muerte de Almanzor, el califato de los omeyas de Córdoba perdió el que durante décadas había sido su jefe político y militar de facto, y hubo muy pocos dispuestos a aceptar la autoridad del verdadero califa. Los bereberes irrumpieron en la península con un galope desquiciado, quemando y saqueando y asesinando a quién se cruzase en su camino, y no frenaron sus monturas hasta toparse de bruces con la increíble ciudad. Dedicaron un año a saquearla con una minuciosidad propia de los artesanos de orfebrería, salón por salón hasta utilizar el conocido “salón rico del califa” como establo para sus bestias. Asesinaron a todos sus habitantes, incluyendo al califa – aunque existen leyendas que aseguran que escapó a la masacre – y fue abandonada a su suerte, desnuda de riquezas. En 1911 fue encontrada de nuevo por un equipo de arqueólogos y en el año 2018 fue inscrita como Patrimonio de la Humanidad.

Viva Andalucía.

te entiendo perfectamente en mi etapa Gay ponía que pollas y no me gusta señalar pero corriendo salía Rotor y Bonox a comentar y algún sarasa más . No me los quiero imaginar en un quedada la de pollas que se comerían, pero es un suponer. El quE borra sí que es maricón..........